miércoles, 29 de agosto de 2018

Los Bioestimulantes, secretos de formulación!!!


Al igual que una receta de cocina, es la combinación de ingredientes y no los ingredientes específicos, los que hace que el producto final sea único y eficaz. Por lo que me veo en la necesidad de reconocer, que no importa la receta sino los secretos de fabricación y para ello dedico mi know how, a la innovación basado en fundamentos científicos.
Como Biólogo, puedo decir al definir los bioestimulantes, que estamos incursionando en dos grandes vías dicotómicas, la primera a la que llamamos biopesticidas y biocontroladores, la segunda que integran los bioestimulantes y biofertilizantes.
Los Bioestimulantes, los formulamos como estimuladores biogénicos, potenciadores metabólicos, fortificantes vegetales, reguladores de crecimiento, fitoestimulantes, pero definitivamente los caracterizamos por su eficacia biológica, pues no se define por sus ingredientes, muchas veces indefinidos, porque su acción no es el resultado de un ingrediente individual sino de la interacción de todos los ingredientes en el producto. A nuestra experiencia la eficiencia se debe a la mezcla química de sustancias complejas derivadas de procesos biológicos, generalmente por extracción fitoquímica, que tienen propiedades en conjunto y los bioprocesos industriales en su fabricación, que incluyen biotrasformaciones microbianas.
Generalmente vamos a encontrar bioestimulantes a base de ácidos húmicos, algas marinas, materia orgánicas, fitohormonas, aminoácidos y azúcares. La revelación de nuestros productos recae en un tampón fosfato salino, orgánico y natural, que es la razón de el por qué y cómo funcionan. Nuestro quehacer se encamina después del screening de las fuentes naturales, extracción y separación, validación analítica con patrones sintéticos para estandarizar los lotes de producción, luego el proceso industrial con conocimiento de operaciones unitarias, asegura una formulación estable, sin olvidar los bioensayos de rigor.
El agricultor escoge la mejor semilla, es decir el mejor genoma, luego la mejor nutrición y el mejor control sanitario, el siguiente paso es la optimización de cultivo con los bioestimulantes, porque hay que superar el estrés y estimular la expresión fenotípica. Por ello los bioestimulantes, no se hacen con recetarios, se desarrollan con conocimiento de tecnología en procesos. La química y la biología se combinan, porque “detrás de un proceso biológico esta un proceso químico” y los biólogos ven la luz. Sin conocimientos de química estamos ciegos, inmersos en suposiciones. Los procesos químicos con los ingredientes químicos, tienen efectos fisiológicos, que los biólogos manejamos. Por ello podemos predecir y caracterizar la funcionalidad de los compuestos bioactivos, con los que formulamos los bioestimulantes para ser eficaces frente a una necesidad agrícola especifica.